Departamento de Orientación
EL INTERÉS DE LOS PADRES Y MADRES LOGRA HIJOS E HIJAS CON MEJORES NOTAS. La actitud familiar influye más que la política educativa en los resultados .
Para vosotros, madres y padres, en el primer trimestre de este curso 2010/2011 sería importante recordar las conclusiones de importantes investigaciones que se han llevado a cabo sobre las relaciones entre las familias y la educación de sus hijos e hijas.
La primera de ellas es un completo estudio, financiado por la Fundación de Cajas de Ahorro, titulado Educación y familia: los padres ante la educación general de sus hijos en España. Realizado por la Universidad Complutense de Madrid a través de los catedráticos Víctor Pérez-Díaz y Juan Carlos Rodríguez; además ha participado en el estudio Juan Jesús Fernández, doctorando de la Universidad de Berkeley (EE.UU).
La segunda se recoge en el Informe de la Inclusión Social en España 2009, realizado por la Obra Social de Caixa Catalunya. Dicho estudio ha sido coordinado por Pau Mari-klose (Departamento de Sociología de la Universidad de Barcelona). Hablar de educación en España es hablar de fracaso escolar, de abandono y de malos resultados: el fracaso escolar (31 %) dobla al de la Unión Europea. Entre el 30% y el 50% de los alumnos y alumnas que empiezan estudios universitarios no los terminan, y sólo el 40% consigue acabar la carrera en los años previstos.
Dichos estudios, sin embargo, arrojan algunos datos positivos para la esperanza: las madres y padres se implican más en los estudios de sus hijos e hijas y es precisamente esa actitud el factor más determinante en el éxito escolar, más importante que el tipo de centro educativo o que la metodología de trabajo de los profesores y profesoras.
Si queremos que nuestros alumnos y alumnas tengan éxito en sus estudios, es fundamental que las familias se impliquen en los aprendizajes de sus hijos e hijas.
Según los informes citados, el 56 % de los adultos ayuda con frecuencia a sus hijos e hijas con los deberes escolares, un 17% más que en 2000. Y les acompañan más al teatro (del 23% al 34%) o a museos (del 19% al 48 %). Los padres acuden, además, en mayor proporción que antes a las reuniones con los profesores (95%).
Estos datos adquieren relevancia si se encuadran en la tesis de sus autores, que defienden que la solución a los problemas educativos pasa más por un cambio de actitud en madres y padres y alumnos y alumnas que por un manejo político/legislativo de la situación.
La profesora sueca Inger Enkvist, especializada en educación comparada, expuso los resultados de una investigación realizada en California (EEUU) que concluye que, más allá del nivel educativo, social y económico de los padres, es la actitud de la familia lo que más influye en la educación de los hijos.
¿Cómo podemos implicarnos en la educación de nuestros hijos e hijas en la ESO?
Es necesario supervisar su trabajo diario, no sirve la excusa de que “no tengo deberes que hacer”.
TODOS los días hay ejercicios que hacer, lecturas que repasar y contenidos que memorizar.
Sí, ya sabemos que los chicos y chicas deben ser autónomos, pero ¡ojo!, eso no quiere decir que las madres y padres pasen de controlar, de implicarse en su trabajo, de ver por dónde van, qué han hecho hoy en clase, qué deben hacer para mañana, qué exámenes tienen pendientes, qué trabajos deben entregar...con quién se juntan por las tardes, dónde van, qué páginas de internet visitan, con quién chatean,...
A pesar de llegar cansados del trabajo, debemos dedicar un rato al trabajo académico de nuestros hijos e hijas, es nuestra responsabilidad como madres y padres y no podemos eludirla pensando que son los profesores y profesoras los que deben controlar eso, o el profesor particular, o en la academia donde van a reforzar contenidos.
Las madres y padres deben tener en cuenta lo que nos dicen los informes de los técnicos en educación, las universidades, … y el sentido común:
la familia es lo que más va a influir en el éxito académico de los hijos e hijas. El interés de las madres y padres por los aprendizajes de sus hijos e hijas es lo más efectivo para conseguir superar los cursos.
Para vosotros, madres y padres, en el primer trimestre de este curso 2010/2011 sería importante recordar las conclusiones de importantes investigaciones que se han llevado a cabo sobre las relaciones entre las familias y la educación de sus hijos e hijas.
La primera de ellas es un completo estudio, financiado por la Fundación de Cajas de Ahorro, titulado Educación y familia: los padres ante la educación general de sus hijos en España. Realizado por la Universidad Complutense de Madrid a través de los catedráticos Víctor Pérez-Díaz y Juan Carlos Rodríguez; además ha participado en el estudio Juan Jesús Fernández, doctorando de la Universidad de Berkeley (EE.UU).
La segunda se recoge en el Informe de la Inclusión Social en España 2009, realizado por la Obra Social de Caixa Catalunya. Dicho estudio ha sido coordinado por Pau Mari-klose (Departamento de Sociología de la Universidad de Barcelona). Hablar de educación en España es hablar de fracaso escolar, de abandono y de malos resultados: el fracaso escolar (31 %) dobla al de la Unión Europea. Entre el 30% y el 50% de los alumnos y alumnas que empiezan estudios universitarios no los terminan, y sólo el 40% consigue acabar la carrera en los años previstos.
Dichos estudios, sin embargo, arrojan algunos datos positivos para la esperanza: las madres y padres se implican más en los estudios de sus hijos e hijas y es precisamente esa actitud el factor más determinante en el éxito escolar, más importante que el tipo de centro educativo o que la metodología de trabajo de los profesores y profesoras.
Si queremos que nuestros alumnos y alumnas tengan éxito en sus estudios, es fundamental que las familias se impliquen en los aprendizajes de sus hijos e hijas.
Según los informes citados, el 56 % de los adultos ayuda con frecuencia a sus hijos e hijas con los deberes escolares, un 17% más que en 2000. Y les acompañan más al teatro (del 23% al 34%) o a museos (del 19% al 48 %). Los padres acuden, además, en mayor proporción que antes a las reuniones con los profesores (95%).
Estos datos adquieren relevancia si se encuadran en la tesis de sus autores, que defienden que la solución a los problemas educativos pasa más por un cambio de actitud en madres y padres y alumnos y alumnas que por un manejo político/legislativo de la situación.
La profesora sueca Inger Enkvist, especializada en educación comparada, expuso los resultados de una investigación realizada en California (EEUU) que concluye que, más allá del nivel educativo, social y económico de los padres, es la actitud de la familia lo que más influye en la educación de los hijos.
¿Cómo podemos implicarnos en la educación de nuestros hijos e hijas en la ESO?
Es necesario supervisar su trabajo diario, no sirve la excusa de que “no tengo deberes que hacer”.
TODOS los días hay ejercicios que hacer, lecturas que repasar y contenidos que memorizar.
Sí, ya sabemos que los chicos y chicas deben ser autónomos, pero ¡ojo!, eso no quiere decir que las madres y padres pasen de controlar, de implicarse en su trabajo, de ver por dónde van, qué han hecho hoy en clase, qué deben hacer para mañana, qué exámenes tienen pendientes, qué trabajos deben entregar...con quién se juntan por las tardes, dónde van, qué páginas de internet visitan, con quién chatean,...
A pesar de llegar cansados del trabajo, debemos dedicar un rato al trabajo académico de nuestros hijos e hijas, es nuestra responsabilidad como madres y padres y no podemos eludirla pensando que son los profesores y profesoras los que deben controlar eso, o el profesor particular, o en la academia donde van a reforzar contenidos.
Las madres y padres deben tener en cuenta lo que nos dicen los informes de los técnicos en educación, las universidades, … y el sentido común:
la familia es lo que más va a influir en el éxito académico de los hijos e hijas. El interés de las madres y padres por los aprendizajes de sus hijos e hijas es lo más efectivo para conseguir superar los cursos.
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